Luka Doncic juega completamente ajeno a sus 16 años. Cuando el talento viene en dosis tan grandes, la edad suele ser mentirosa. El base esloveno soltó en Miribilla uno de esos fogonazos a los que años después suele acudirse para colgar una placa. "Aquí nació una estrella". Doncic fue la certeza en otro partido con demasiadas dudas del Real Madrid, que en sólo cuatro días se jugará su continuidad en la Euroliga contra el Fenerbahce. Líder en el triunfo sobre el Bilbao Basket, el prodigio adolescente reclama un puesto en la rotación de Pablo Laso.
El Madrid salió de inicio con los dos Sergios, aprovechando la ausencia de Rudy Fernández para sumar dos timones. De las señas que no encuentra el Real Madrid en este inicio de curso, una es la fluidez. Todo cuesta un poco más. Y con sólo 16 años, Doncic no arregla las fisuras del Real Madrid en defensa pero sí le da un propósito en ataque. Las rotaciones le colocaron y el esloveno agarró los mandos con la naturalidad de quien está convencido de que pertenece a ese escenario.